Los mejores comentarios del mundo

Hoy vengo super recargada, divertida, con ganas de mofarme, reírme de lo absurdo y también agradecida de qué ocurran cosas cómo estas. En el momento en que parece que me quedo sin tema para un nuevo post, suceden estas maravillas que me dan leña y hacen aflorar toda mi creatividad y mi humor.

Primero les voy a relatar el contexto, porque si no, como diría mi amiga mexicana, Perla, ni modo. No van a entender ni tantito, wey. 

Resulta que esta semana hice una transmisión en vivo por la página de Aramela Artesanías, que al momento de escribir estas líneas ya lleva más de treinte y tres mil reproducciones, y ese número sigue subiendo cada hora. 

Trato de no abrir Facebook, pero es inevitable: tengo que trabajar, necesito programar publicaciones, y ahí están ellas, las notificaciones, brillando en un estúpido y sensual rojo fuerte, llamándome con su seducción: “Mirame, mirame...”

Y yo, un poco estúpida, pero nada sensual, voy y las miro. Así es como me entero que ese número de reproducciones sigue creciendo.

La visibilidad en las redes en un arma de doble filo, como rápidamente estoy aprendiendo a los cachetazos limpios con los que me abofetea la nueva experiencia. 

De repente, muchas personas que jamás en toda su existencia oyeron hablar de mí, o me vieron nunca, tienen la posibilidad de expresarse libremente, sin restricciones, por medio de sus comentarios.

La calidad y el contenido de esos comentarios son tan variados como multiplicidad de seres humanos existen en esta preciosa viña del Señor.

Así, tenemos por ejemplo, el que para mí se lleva el premio número uno, diciendo: “Me perdí la transmisión, como buena santiagueña, me dormí”.

Las personas oriundas de Santiago del Estero, Argentina, tienen fama de ser un poco lentos para la acción y dormir mucho la siesta. Por lo cual, este comentario ha sido una delicia que me proporcionó horas de carcajadas y risas.

Por otra parte, soy muy mala estadista como para calcular un porcentaje acertado de comentarios de ánimo, aliento, positivos y por demás hermosos. Pero diría que un noventa y cinco por ciento.

Un cuatro coma cinco por ciento de comentarios fueron preguntas que estaban respondidas dentro del mismo video acerca de cosas que había repetido por lo menos tres veces cada una.

Y un mínimo cero coma cinco por ciento, fueron los netamente negativos, mala onda, o faltos de coherencia, desde lo que yo entiendo que es la coherencia.

Siempre cabe la posibilidad de que sea una friki, ermitaña, poco mundo, que vive dentro de un termo, que no sabe cómo son las cosas en realidad, o que habita en un universo paralelo. Por lo tanto, quizás podría estar equivocada, y mi concepto de coherencia, en tal caso, sería incoherente para los demás.

Lo cual, aclaro, me tiene totalmente sin cuidado, porque me encanta mi concepto de coherencia y de acuerdo a él, vivo mi vida feliz y sin molestar a nadie. 

A ese cero coma cinco por ciento, no sólo le voy a poner remedio con este post, sino que también les voy a agradecer por haberme dado tema y brindarme también horas de risa buscándole el lado hilarante a la situación.

Es que bien pensado, resulta jocoso por ejemplo que una persona que jamás me ha visto en su vida me etiquete con una palabra que generalmente usamos para describir a las mujeres que les gusta vivir bien la vida y pasarla disfrutando con muchos hombres.

Le comenté esto a un amigo y me respondió: "¿Estás segura de que no te conoce de antes de esto de tejer muñequitos?" Y me despanzurré de la risa.

¿Por qué habría tomármelo a mal? Además me alegró, porque antes ni siquiera me peinaba, y ahora con lo de la transmisión hasta me puse un vestido para lucir menos muchachito y un poco más mujercita.

¿Qué le respondí a esta señora con foto de perfil de pocos amigos y mirada de escasa vida matrimonial?

Nada. Absolutamente, nada.

Sólo pensé: Creo que le vendría bien un buen sacudón, es por eso que proyecta una posible represión interna hacia afuera, precisamente con esa palabra. También ayudaría una sonrisa. No me extraña el calibre de dicho comentario viniendo de esa cara de amargura. La relación es más que evidente.

Otros de los comentarios que hicieron que me moje las bragas de la risa fueron aquellos que pretendían conversar conmigo en vivo, un día después de la transmisión.

Básicamente hablaba hoy, con mi yo de ayer, en un video en diferido.

“¿Ya vas a comenzar a explicar o no?”

“Dale, apurate, que no tengo todo el día.”

“¿Comenzás ya?”

“A ver si te apuras, que no tengo tiempo para estas cosas.”

Bueno, veamos hermosa criatura de Dios, alma apresurada que no tiene tiempo para estas cosas, ¿Para qué cuernos abriste el video entonces?

Es más, ¿Qué demonios estás haciendo en Facebook que no te estás ocupando de tus asuntos? 

Y por último, tuviste mucha suerte de que viera tu comentario de entre miles, porque los últimos directamente ni los leí. Sólo déjame decirte tres cosas:

1-Es técnicamente imposible apurar a una persona que está hablando en un video ya grabado.

2-Por si no lo sabías, las publicaciones tienen fecha y hora. Te lo digo para ahorrarte la fatiga en el próximo video en el que pretendas acelerar el discurso de la persona que transmitió la semana pasada. Y para que no quedes hablando sola, como loca mala.

3-Como último detalle, en todos los videos existe una barra al pie, con un circulito, que presionándolo y moviéndole hacia los lados, te permite avanzar o retroceder en la extensión de los mismos. Así, si no tenés tiempo, podés ir hasta el punto que te interesa ver. Aunque personalmente te recomendaría de todo corazón que ocupes tu tiempo en cosas más importantes que mirar mi tonto video de crochet. Sería mucho más productivo que exponer tu propia incoherencia a miles de personas que seguramente sí leyeron los comentarios que hiciste, y se habrán reído de lo lindo para sus adentros, como lo hice yo.

Y por último para cerrar este ranking de los mejores comentarios negativos del mundo mundial, que pretenden provocar y solo generan risa, está el de esa dulce persona que afirmó que le desesperaba mi flequillo cayendo suavemente por mi bello rostro.

Bueno, lo del bello rostro, no lo dijo, eso me lo acabo de inventar porque tengo ganas de creerme super linda y top model. No sean aguafiestas, déjenme soñar un ratito.

¿Qué le desespera mi flequillo? ¡¿Cómo?! Ay, querida, ¡ya querrías tener mi cabello vos! Te invito a sufrir la tortura de cinco tinturas, tres decoloraciones, la cara aburrida de mi peluquera al escucharme decirle por enésima vez, desesperada: “No, el mechón no. No me cortes el mechón, ¡déjame el mechóoooon!”. 

Y después andar bañándome como esos gatos, sacándo la cabeza pa’ afuera  del chorro de la ducha, intentando no mojarme el pelo para cuidar el color magenta fantasía que tanto costó agarrar. Gastando fortunas en shampoos y cremas, cosas que toda mi vida consideré puras frivolidades y que ahora -y muy a mi pesar- hacen a mi necesaria imagen exterior.

¡Lo que más me encanta de mi nuevo look es mi flequillo!

Si tanto te desespera, no deberías mirar. No está bueno hacerse daño a una misma, y menos con videos de gente como yo a la que le importa un kinoto lo que opinen de su aspecto.

Lo más importante que tengo es lo que llevo dentro, y el mensaje que transmito, algo que esta actitud que estás teniendo te hará imposible de comprenderlo nunca.

Bien puedo, meterme en tu piel, e intentar una hipótesis de que te impulsó a escribir aquello. Puedo bendecirte con amor y desearte un buen día. Puedo correr mi ego a un lado y verte en profundidad sólo observando el reflejo de lo que escribiste y apenarme por tu decisión de encarar tu vida de una forma tan mezquina para con vos misma.

Porque hay que tener en cuenta dos cosas importantes:

Todo lo que creemos que le hacemos a los demás, sólo nos lo hacemos a nosotros mismos.

Todo lo que damos vuelve.

Cómo me quiero a mí misma, no puedo hacer otra cosa que bendecir todo lo que me rodea y agradecer todo lo que me sucede.

Y para ir cerrando, como bonus track, siempre está el comentario sorprendido que dice no ver anuncios donde ofrezcan ganar dinero rápidamente. Y me vuelvo a reír porque ni yo gano ni un centavo transmitiendo media hora para ayudar a mis colegas y esta persona se asombra de que no hayan propagandas. 

Una vez más tengo que agradecer la genial idea que me dieron para un post. Aunque una parte de mí se entristece porque, aunque no me lo tomo personal, refleja nuestro bajo nivel de evolución como sociedad. Sé que no me lo están diciendo a mí, sino a ellos mismos, y ni siquiera se dan cuenta.

Es duro observar que existan personas odiándose tanto, cuando mi principal objetivo es que cada vez más gente aprenda a amarse.

Algunos creen que estoy loca por desearlo. Por soñar que las personas se amen a sí mismas. Pero, como hasta esa opinión me importa un rábano, sigo intentando, y seguiré trabajando por ello hasta que me toque abandonar el mundo.

Conclusión, sean felices. Las personas felices escriben posts, tejen muñequitos y graban videos para compartir sus conocimientos, porque saben que todo lo que dan, les regresa multiplicado. 

Realmente no tienen tiempo de odiarse a sí mismas a través de la pretensión de provocar con sus comentarios a la gente que está trabajando por sus sueños.

Igualmente me alegro mucho por lo sucedido y lo agradezco, porque cómo dice Don Quijote: “Ladran, Sancho. Señal que cabalgamos”. 

Sé que el amor a lo que hago, va a cambiar el mundo un día. Lo sé.

Nadie que haya cambiado su mundo pasó desapercibido nunca. Nadie que esté haciendo lo que ama queda perdido entre la uniformidad de la multitud.

Una sóla persona que está brillando ahora y que inspira a otra brillar, ya son dos que estan marcando la diferencia, y sanando el alma del planeta para beneficio de todos.

Eso es cambiar el mundo: brillar para que otros encuentren su propia luz a través de nosotros.

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