sábado, 28 de enero de 2017

Con todos los pájaros volando




¡Ohhhhh! Me voy a permitir emitir un hondo suspiro de alivio. ¡Cuántas ganas tenía de crear este blog para escribir libremente, a voluntad, hacia donde me lleve la imaginación! 

Antes que nada, me voy a presentar. Me llamo Cecilia, y soy artesana. Creo con mis manos. Y también soy alquimista: de un ovillo de lana, una tira de alambre, o un hilo y una aguja, salen muñequitos, aros, pulseras, y también prendas de vestir. 

Hago muchas cosas con mis manos: tejo, bordo, coso, doblo alambre... 

He creado una página en Facebook donde comencé exponiendo muy tímidamente al principio, los trabajos a los que pude sacarles fotos, porque he hecho muchas más cosas de las cuales no han quedado registros, salvo en mi memoria. 

La página estuvo dos años dormida hasta que vino el primer blog. 

Al principio comencé exponiendo mis trabajos, hasta que llegaron los tutoriales: tomaba nota de lo que hacía, para volcarlo luego en los posts. 

También llegaron los artículos informativos y la primera entrevista a colegas artesanas.  Ahí la cosa se volvió más de tejido, especialmente amigurumis. 

Aramela Artesanías que inicialmente era una página abandonada de Facebook, prolongada a blog con tutoriales, se hizo específica de amigurumis en su segunda versión. Sin embargo, mi corazoncito de escritora de diarios íntimos, que escribía todos los días religiosamente, no estaba satisfecho. 

 Todas las personas tenemos necesidades básicas, como comer, dormir... Bueno, aparte de que yo también como, duermo y hago otras cosas como todo el mundo, poseo además una especie rara de  necesidad primaria: escribir. Necesito escribir. Necesito expresarme por escrito. 

Hace diecinueve meses me volví mamá, y me vi impedida de escribir con la frecuencia en que lo hacía de soltera. 

Ojo, no me quejo en absoluto, que la maternidad me ha dado una visión de mundo muy enriquecida y llena de ternura, que no cambiaría en absoluto. Pero me faltaba algo. Así que la idea de este blog, sobrevolaba mi mente de cuando en cuando. 

¿Por qué no unificar mi amor a la artesanía con mi vida diaria? Pero ¿En qué tiempo? Me preguntaba. 

Y los pájaros de mi cabeza regresaban cabizbajos a sus nidos, al sentirse amenazados por las jaulas de mis preguntas.  

Ayer una colega tejedora, Perla, posteaba en Facebook que no sabía si ponerse a limpiar su casa, tejer o echarse a llorar. 

A me dio mucha gracia su post, sobre todo por lo identificada que me sentía. El día tiene sólo veinticuatro horas, y en ellas, una artesana, que también es madre-esposa-malabarista del tiempo, tiene que llevar las tareas de la casa, arreglárselas para confeccionar los encargos de los clientes, tener los hijos medianamente limpios, jugar con ellos, conversar con el esposo, mirar la novela, husmear en redes sociales, contestar los Whatsapp de las amigas; y en mi caso idear, sacar fotos, editar, escribir el próximo post semanal... algo para nada veloz, sobre todo cuando Internet está con sueño. 

Así que frente a la reflexión de Perla comenté: 


¡Cómo te entiendo! 

Ella respondió: ¡Diario de una tejedora! 

Y yo pensé: ¡Eureka! ¡Eso es un título de blog! 

Y se lo dije: Ahhh, esa es una muy buena idea para blog. ¡Apuntala! Si no escribís vos un blog, te la pido prestada para hacer un blog que se llame así. 

Como ella es de allá del norte, me contestó en mexicano: 

¡Haz lo tuyo! 

Para finalizar la charla retruqué: 

Bueno, me pondré manos a la obra en cuanto termine de lavar los platos... 

Listo. Los pájaros de mi cabeza echaron a volar en bandada, destruidas todas las jaulas. 

Aquí no tengo que ceñirme a la exposición de trabajos, creación de tutoriales o limitarme sólo a los amigurumis. 

Aquí puedo calmar mi sed de escritura y volcar los trabajos en proceso, no sólo los terminados. 

Aquí yo también puedo ser pájaro y echarme a volar. 

Y así, con este post, muy feliz de empezar con el blog, doy por iniciado el Diario de una Artesana. 

Quiero volcar en él mis ideas, ocurrencias, locuras y acontecimientos de mi mundo artesanal, que no son ni más ni menos que mi propia vida.  

Una vida con días últimamente muy largos que finalizan cerca de las cuatro de la madrugada, entre tutoriales de Search Console y posicionamiento SEO, una hilera más de tejido, y un último cigarrillo antes de acostarme a dormir. 

En fin, aún no he lavado los platos. Ni tampoco mencioné que soy músico y escribo canciones. Tengo mucho que escribir… Esto recién empieza…





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