De Pulparaña a Utilísima con las pantuflas mojadas

Ayer llovió todo el día. Hoy llovió todo el día. Sigue lloviendo.

El clima está genial para poner a Pedro Aznar de fondo y sentarme a tejer una manta para una cama de dos plazas quizás. ¡Pero es que la lluvia me pone tan melancólica!

Por supuesto en este post seguiré hablando de pulpos en crochet para bebés prematuros y de todas las experiencias fascinantes e intensas que vienen implicadas con ellos, aunque quizás mi punto de vista, hoy sea bastante más subjetivo que lo habitual.

La lluvia me encoge y empaña el corazón.

Fue otra semana intensa. Cargada de buenas noticias, alegrías, risas, compañerismo, buenas vibras. Y por otro lado también me sentí muy nerviosa por el niño de los pantalones divertidos, que sufrió un pequeño accidente al querer experimentar con la plancha caliente. 

Se quemó la palma de la mano izquierda. Creo que todavía sigo culpándome por ello, ya que evito a toda costa usar la plancha, (¡y quien me diga que le gusta planchar la ropa que tire la primer piedra!). Las pocas veces que la uso, jamás la dejo a su alcance.

Fue una desgracia con suerte, pero el saldo que dejó en mis sistemas digestivo y nervioso, todavía me hacen padecer las consecuencias.

Mis poderes de Pulparaña Superpoderosa se vieron disminuídos por la falta de sueño de toda la semana. Creo que ya dije que fue una semana agitada y agotadora. La moraleja es que para ser una superheroína que se precie de tal, hay que dormir ocho horas por las noches, y comer las espinacas de Popeye para no perder las fuerzas. Popeye no era superhéroe, pero no importa. Se entiende que hay que comer verduras para tener vitalidad.

Si la semana pasada me había convertido en pulpo de tanto tejerlos, esta semana me volví un unicornio. Me hicieron el encargo y no me sorprendí en absoluto cuando vi despuntar un grano de tamaño descomunal naciendo en el mismísimo centro de mi frente.

Ya dejé muy claro que no voy a aceptar encargos de dinosaurios, toros, renos ni alces. ¡Faltaba más! Terminar convertida en uno de esos bichos. ¡No, por Dios!

También tejí otro pulpo marinero, volví a recientemente descubierto trapillo o totora que hace que todos los tejidos se tornen super grandes, lo cual me fascina. Volví a cajonear a Henry... Solo que ahora también le acompañan las cabecitas de los futuros Beatles, junto al cuerpo de un Minion Bob del cual ni siquiera en los post anteriores me tomé la molestia de nombrar que lo había comenzado.

Entre todo eso y aunque me mordía los dedos de los nervios, acepté ir junto con Silvia a un estudio de televisión a que nos hicieran una nota sobre el proyecto solidario Abrazos de Pulpitos. Ya he comentado en posts anteriores la flojera que me da vestirme, peinarme y alistarme para salir de casa. Imagínense mi contrariedad al tener que también ponerme una camisa para lucir más presentable.

Gracias a Dios la nota salió bastante bien y la dejo por aquí para que se rían un poco de nuestro acento del Nordeste de Argentina.

Ese mismo día también empezaron a llegar las primeras donaciones de pulpos terminados, hilos para tejerlos, bolsas herméticas para empaquetarlos. Eso fue motivo de gran alegría en el grupo pulpero de tejedoras. La solidaridad de la gente es enorme.

Gracias a la difusión de esa entrevista televisiva, también se sumó más gente al grupo de Facebook del proyecto. Y de repente Silvia y yo fuimos etiquetadas de "famosas".

La etiqueta no nos cayó para nada bien. Y estoy segura que tanto ella como yo tuvimos que aclarar los tantos en varias oportunidades explicando que buscar la difusión del proyecto solidario -y para eso aceptar poner nuestras caripelas frente a una cámara- nada tenía que ver con una fugaz "fama" individual.

Un amigo intentó gastarme una broma comentando que yo habia pasado de "Rockstar a Utilísima". Y la broma me encendió un poco y me hizo echar humo de las orejas. Es cierto que hace años atrás bregué muchisimo para sacar adelante mi banda de rock-pop. También es cierto que me dedico a la música y compongo canciones desde los quince años. Pero ¿relacionar Utilísima, un canal de tutoriales para hacer manualidades, con un proyecto solidario destinado a bebés prematuros? No había relación alguna.

Respiré hondo y por tratarse de un amigo de hace muchos años, y entendiendo de que se trataba de un chiste, le expliqué la diferencia y el asunto no pasó a mayores.

La exposición pública generó que mucha gente se comunicara conmigo felicitándome por lo que estoy haciendo. También aquí tuve que aclarar que yo solita no sería capaz de llevarlo adelante. Que somos un grupo de chicas, que hay una Coordinadora Regional que es Silvia, y yo nada más soy su soporte. Hay un grupo grande de mujeres llevando a cabo distintas tareas fuera de sus responsabilidades cotidianas, y que la sumatoria de todas ellas hace que esto funcione.

Otra cosa que me alegró mucho fue recibir mails de tejedoras usando patrones que posteo en el blog de Aramela Artesanías, agradeciéndome por ello y envíandome fotitos de sus trabajos. ¡Eso me emociona tanto! ¡Me hace sentir que estoy haciendo algo bueno y útil para los demás! Y la agradecida termino siendo yo.

Pese a que sigue lloviendo, se me encoge el corazón y se me mojan las pantuflas cuando salgo a fumar un cigarrillo a la terraza; la melancolía no me da ganas de tejerme una colcha de dos plazas, ni de tomar por el único cuerno cosido que ostenta el cajoneado Henry Monstruito, sigo sintiendo esa gratitud que viene acompañando mis días hace varias semanas.

Creo que me comería unos buenos chipacueritos con unos mates dulces si mi sistema digestivo no continuara resentido por el susto con el niño de los pantalones divertidos.

Pero bueno. Al mal tiempo, una buena sonrisa, mates dulces igual, pulpos a mansalva, unicornios con melenas multicolores y una buena tarde de escritura para confortar mi corazoncito de escritora de diarios íntimos, otrora rockstar y ahora corresponsal de Utilisima según el criterio de mi amigo bromista.

Que llueva, que llueva. Lo siento. No me muevo de mi cueva.

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